Apocalipsis 21:9-27 - Explicación, Contexto y Reflexión Espiritual

El pasaje de Apocalipsis 21:9-27 presenta una de las visiones más esperanzadoras y gloriosas del Nuevo Testamento: la descripción de la Nueva Jerusalén, la ciudad celestial que desciende del cielo como la morada final de los redimidos. Este texto es rico en simbolismo y revela la consumación del plan de Dios, donde Él establece su presencia eterna entre su pueblo. A continuación, exploraremos el significado y el contexto de este pasaje en detalle.

📜 En Esta Página:
  1. Pasaje: Apocalipsis 21:9-27
  2. Explicación del pasaje: Apocalipsis 21:9-27
  3. Contexto del pasaje: Apocalipsis 21:9-27
  4. Reflexión sobre el pasaje: Apocalipsis 21:9-27

Pasaje: Apocalipsis 21:9-27

Este pasaje incluye varios versículos que describen con detalle la Nueva Jerusalén:

Versículo 9: "Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero."

Versículo 10: "Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de parte de Dios."

Versículo 11: "Teniendo la gloria de Dios; y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal."

Versículo 12: "Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel."

Versículo 13: "Al oriente, tres puertas; al norte, tres puertas; al sur, tres puertas; al occidente, tres puertas."

Versículo 14: "El muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero."

Versículo 15: "El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro."

Versículo 16: "La ciudad está dispuesta en cuadro, y su longitud es igual a su anchura. Y él midió la ciudad con la caña: doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales."

Versículo 17: "Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel."

Versículo 18: "El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio."

Versículo 19: "Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;"

Versículo 20: "el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisoprasa; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista."

Versículo 21: "Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, como vidrio transparente."

Versículo 22: "Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero."

Versículo 23: "La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera."

Versículo 24: "Las naciones andarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra traerán a ella su gloria."

Versículo 25: "Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche."

Versículo 26: "Y llevarán a ella la gloria y la honra de las naciones."

Versículo 27: "No entrará en ella ninguna cosa inmunda, ni nadie que haga abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero."

Explicación del pasaje: Apocalipsis 21:9-27

Este pasaje describe la gloria y perfección de la Nueva Jerusalén, la ciudad santa que desciende del cielo como una manifestación de la comunión eterna entre Dios y su pueblo. A continuación, se aborda cada sección del pasaje:

Versículos 9-14: La visión inicial de la Nueva Jerusalén

El ángel muestra a Juan la ciudad, presentada como "la esposa del Cordero". Este lenguaje simboliza la relación íntima entre Cristo y su Iglesia (su pueblo redimido). La descripción de la ciudad con murallas, puertas y fundamentos resalta su carácter perfecto y eterno, con los nombres de las tribus de Israel y los apóstoles representando la unidad entre el Antiguo y el Nuevo Pacto.

Versículos 15-21: La arquitectura y el diseño de la ciudad

Aquí se destaca la magnificencia de la ciudad santa. Sus dimensiones perfectas (un cubo) reflejan la santidad absoluta y la presencia de Dios. Los materiales preciosos como oro puro y piedras preciosas simbolizan la pureza y la riqueza espiritual de este lugar. La mención de las doce puertas y sus materiales indica la permanencia de la salvación para el pueblo de Dios.

Versículos 22-27: La gloria de la ciudad

Estos versículos complementan la descripción al subrayar la ausencia de necesidad de sol o luna, ya que la luz de Dios y del Cordero iluminan la ciudad. La vida en esta ciudad está marcada por la paz, la justicia y la comunión perfecta con Dios. Las puertas abiertas de día y de noche señalan la seguridad total, y la exclusión de lo impuro muestra la santidad y pureza absoluta de este lugar eterno. Finalmente, la referencia al "libro de la vida del Cordero" confirma que solo los redimidos por Cristo tendrán acceso a esta ciudad.

Contexto del pasaje: Apocalipsis 21:9-27

Para comprender este pasaje, es esencial situarlo en el contexto del libro de Apocalipsis y de las visiones de Juan:

  1. Contexto literario: Apocalipsis es un libro profético y apocalíptico, escrito para animar a los cristianos que enfrentaban persecución. A través de imágenes simbólicas, el texto revela la victoria final de Dios sobre el mal.
  2. Contexto histórico: Este pasaje se sitúa después de la derrota definitiva de Satanás y el juicio final (Apocalipsis 20). Es la culminación del plan redentor de Dios, en el que toda la creación es restaurada.
  3. Significado teológico: La Nueva Jerusalén representa la realización de las promesas de Dios, donde Él habita con su pueblo en un estado eterno de paz, justicia y gloria.

Reflexión sobre el pasaje: Apocalipsis 21:9-27

El mensaje de Apocalipsis 21:9-27 es profundamente esperanzador. Nos invita a mirar hacia el futuro con confianza en la fidelidad de Dios y en el cumplimiento de sus promesas.

  1. La esperanza de un hogar eterno: Este pasaje nos recuerda que, como creyentes, nuestro destino final no está en este mundo caído, sino en la perfección de la Nueva Jerusalén, donde no habrá más lágrimas ni dolor.
  2. El llamado a la pureza: Solo aquellos que viven en santidad y cuya fe está en Cristo tendrán acceso a esta ciudad gloriosa. Esto nos desafía a vivir de acuerdo con los valores del Reino de Dios.
  3. La centralidad de Dios: La descripción de la Nueva Jerusalén resalta que Dios será todo en todos. No habrá necesidad de templos ni de luces externas, porque su presencia será suficiente para satisfacer todas las necesidades de su pueblo.

Este pasaje no solo es una descripción de lo que vendrá, sino también una invitación a vivir hoy con la mirada puesta en esa gloriosa esperanza.

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